miércoles, 10 de diciembre de 2014

INUNDACIÓN DEL RIO AMARILLO (1938)




La inundación del Rio Amarillo de 1938 fue una inundación provocada por el Gobierno nacionalista de China central durante las etapas iniciales de la II guerra sino-japonesa en un intento de frenar el rápido avance de las fuerzas japonesas. Ha sido llamado "el mayor acto bélico medioambiental de la historia".

Tras la declaración de la II guerra sino-japonesa en 1937, el Ejjército Imperial de Japón marchó rápidamente hacia el corazón del territorio chino. A la altura de junio de 1938, los japoneses tenían el control de toda la China del Norte. El 6 de junio capturaron Kaifeng, la capital de Henan, y amenazaban con tomarse Zhengzhou. Zhengzhou era la intersección de las arterias ferrocarrileras de Pinghan y Longhai, y los éxitos japoneses habrían puesto en peligro las ciudades principales de Wuhan y Xi´an.
Para detener mayores avances japoneses hacia la parte occidental y meridional de China, Chiang Kai-Shek, determinó abrir los diques del río Amarillo cerca de Zhengzhou. El plan original era destruir el dique en Zhaokou, pero debido a las dificultades en el lugar el dique fue destruido el 5 y 7 de junio en Huayankou, en la rivera sur. Las aguas fluyeron hacia Henan, Anhui, y Jiangsu. Las inundaciones cubrieron y destruyeron miles de kilómetros cuadrados de tierra cultivable y trasladaron la boca del rio Amarillo cientos de millas hacia el sur. Miles de villorios fueron inundados o destruidos y varios millones de habitantes desplazados de sus hogares y convertidos en refugiados. Una comisión oficial nacionalista de post-guerra estimó que 800 000 se ahogaron. 
El valor estratégico de la inundación ha sido cuestionado. Las tropas japonesas estaban fuera de su alcance, tanto hacia el norte y este como hacia el sur. Su avance hacia Zhengzhou fue frenado, pero ellos se tomaron Wuhan en octubre mediante el ataque desde una dirección diferente. Los japoneses no ocuparon mucho de Henan hasta las postrimerías de la guerra y su apoderamiento de Anhui y Jiangsu se mantuvo tenue. La mayoría de los pueblos y línea de transporte en las áreas que fueron inundadas ya habían sido capturadas por los japoneses; después de la inundación ellos no pudieron consolidar su control sobre el área, y grandes partes de ella se convirtieron en áreas de guerrilla. El número de bajas producto de la inundación permanece en debate y las estimaciones han sido revisadas por el gobierno chino y otros investigadores en las décadas posteriores al evento.

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